Edición Abril

Edición Abril.
Colaboración: Eduardo Carabelli, Silvia López y Carolina Ospina.

EDITORIAL

Comenzamos un nuevo año, somos los mismos y diferentes a la vez… Seguramente aprendimos algo nuevo, nos pasaron cosas, cambiamos rumbos,
actitudes, prioridades, y nos acercamos o alejamos de algunas personas… hicimos balance y renovamos proyectos…
Desde estas líneas, desde esta oportunidad de hablarles, quisiera compartir
con Uds. un texto que resultó significativo para mí. Siempre he pensado que
la energía que puede mover las cosas, de las más grandes a las más pequeñas y cotidianas, es el entusiasmo. El entusiasmo por mi trabajo, mis vínculos familiares, mi pareja, mis amigos, mis desafíos personales y mi participación en la comunidad…
el entusiasmo por la vida y la confianza que siento en que, como me dice Taty, “si
son flores… florecerán”
…“El entusiasmo es una palabra de origen griego…
La persona entusiasta o entusiasmada era aquella
que era tomada por los dioses, guiada por su fuerza
y sabiduría, y por ese motivo podría transformar la
naturaleza que lo rodeaba y hacer que ocurrieran
cosas.
Sólo las personas entusiastas eran capaces de ven-
cer los desafíos de lo cotidiano.
Era necesario por lo tanto entusiasmarse para resol-
ver los problemas que se presentaban y pasar a una
nueva situación (...)